Malaprensa en un país de pandereta

Ayer, vía menéame, leía una noticia en La Vanguardia que me produjo vergüenza y cierta ira. Comencemos por la ira: "un problema informático". Como casi todo funciona con ordenadores... pues seguro que es un problema informático. Pues me da que en esta ocasión no, que resulta que no siempre los que programamos las cosas tenemos la culpa. La cuestión es que en este país cada uno hace las cosas a su aire y luego poner en común es un imposible. Hay dos soluciones o dos problemas, como lo queráis ver: podemos hacer unas especificaciones enormes para la aplicación informática que recoja todos los reglamentos municipales, o hacemos que los empleados municipales que ponen las multas adopten un código común y establecemos unas tablas de transformación. La primera opción conlleva mucho tiempo de especificación, ingeniería y de programación que se traduce en un importe bastante grande en la aplicación. Además, el sistema resultante resultaría poco escalable y seguramente inútil, porque las normativas municipales cambiarían inexorablemente. La segunda opción es perfectamente viable y mucho más barata y razonable. Lo que no se puede hacer es ni lo uno ni lo otro y achacar los fallos al programa, diseñado para que acepte la normativa de la DGT.

La vergüenza proviene de estar en un país de pandereta en el que las cosas se hacen sin pies ni cabeza. Creo que las opciones que he planteado son claras y simples. ¿No pensó en ello el gobierno? ¿Cómo se pone en marcha una normativa que pretende conseguir objetivos a partir del miedo sin que las sanciones se puedan tramitar? Lo indignante es que no es un caso aislado y encima echarán la culpa a los programadores... ¿Dónde está la igualdad ante la ley que presume la Constitución? Vergüenza de tener unos políticos y funcionarios (los que hicieron las especificaciones del sistema) así.

Sobre el blog

Cosas que se me pasan por la cabeza, y últimamente mucho sobre mis viajes