Si hay algo por lo que Noruega es conocido es sin duda su dramática Naturaleza. Sí, con mayusculas, porque es tremenda y eso que sólo pude ver una pequeña parte. No me extraña que su eslogan turístico sea "Powered by Nature" (también por el petroleo, pero...) Mi visita a Noruega era relativamente corta y no llevaba equipamiento para un trekking o algo por el estilo, así que mis opciones se reducían a hacer algo más común. Un tour organizado se presentaba como una buena opción, olvidándome así de buscar conexiones, billetes y demás. Como todo en Noruega, no son baratos, pero creo que merecen la pena.
Uno de los tours más conocidos y comunes es el de Norway in a NutShell , que partiendo desde Bergen u Oslo pasa por varios puntos de interés. La misma compañía organiza otros tours en Noruega, que podéis chequear aquí si estáis interesados. Éste es el que yo elegí, desde Bergen y via Voss, con un precio de 975 NOK (120 euros aprox.). En cualquier caso, en Bergen descubrí otras posibilidades -muchas- entre las que me gusto las posibilidades ofrecidas por Norway Active, aunque posiblemente no sean las mejores para hacer fotos.
Comencé el día en tren, por una zona que ya había recorrido el día anterior al ir a Bergen, pero el tiempo parecía mejor. En mi cabeza una pregunta :¿Tendré la suerte de no mojarme y poder usar la cámara tanto como quiera?. Llegar a Voss, bajarse de tren y los autobuses esperando para el siguiente tramo del viaje, donde debería comenzar lo más interesante y el musical sonido del click del diafragma debería hacer aparición. Conductor, a Gudvangen, por favor! Gudvangen es una pequeña aldea (120 personas) que da entrada al fiordo Nærøfjord, donde cogería un ferry por un par de fiordos.
El autobús echó a andar y mi dedo en el pulsado con ella. Una zona preciosa para vivir, con montañas cercanas y ríos abiertos de agua cristalina. Fijaos en el reflejo de la foto de arriba. Comenzaban a verse también las primeras cataratas, tan cercanas a las casas que cualquiera diría que las usan como duchas. Poco después un lago sacada de la imaginación del mejor escritor de libros de autoayuda para relajarse.
La carretera seguía adelante, camino a Stalheim en lo alto del valle que lleva a Gudvangen. El nombre se supone que significa "la granja al lado de la cascada vertical o la ladera vertical de la montaña". Bien, si ese el nombre de los noruegos le dan, os podéis hacer una idea, no?
¿Y como se baja ésta ladera vertical? Pues por una carretera de 1.5 km con un desnivel del 20% y 13 curvas de 180 grados, que discurre entre dos cascadas de 126 y 140 metros. Acojonante! Pero todavía hay más: la carretera fue echa sin máquinas entre 1842 y 1846, y el autobús se las veía putas para tomar las curvas (y la conductora llevaba 12 años haciendo el recorrido). Y para más acojone, la carretera era de doble sentido hasta el año pasado. Eso sí, una de las vistas más espectaculares del viaje, que he visto retratada en varias webs y postales. Una verdadera pena que no nos diesen la oportunidad de bajarnos del bus y sacas una fotos mejores...
Una vez salvado el desnivel, sólo quedaba disfrutar del paisaje de cortados y cascadas a ambos lados hasta llegar a Gudvangen.
Y llegaba el momento que tanto deseaba, subirse al ferry y comenzar a navegar por el fiordo. Me hice dueño y señor de una posición en cubierta lo más adelante posible y planté mi trípode, dispuesta a hacer uso de cuantos GB fueran necesarios para retratar aquella belleza. No soy un poeta, así considero mis palabras pobre para expresar la belleza de los fiordos. Diré que tras más de 2 horas de viaje de pie, solo quería mas. El recorrido completa dos fiordos (Nærøfjord y Aurlandsfjord) y toca el Sognefjord. Este ultimo, "El rey de los fiordos" - es la traducción-, tiene 204 km. Nærøfjord es el más estrecho y famoso de los brazos del Sognefjord, comenzando en Gudvangen, tiene 20 km de largo y sólo 205 de ancho en su parte más estrecha y es patrimonio de la humanidad de la UNESCO. Aurlandsfjord termina en Flåm, que sería la siguiente parada del viaje. Os dejo alguna foto, aunque entre todas resulta extremadamente elegir.
Tras toda esta belleza, un rato de descanso para comer algo antes de emprender la penúltima etapa de viaje, el tren de Flåm a Myrdal, otra impresionante obra de ingeniería con impresionantes vistas.
Es la línea ferroviaria de ancho normal más empinada del Norte de Europa. 20 años de construcción para ser terminado en 1944, cuenta con 20 túneles, de los cuales 18 fueron echos a mano. No es que sea precisamente rápido (entre otras cosas por tiempo de espera entre el que sube y el que baja), pero sí muy interesante.
En cualquier caso, uno de los datos más impresionantes es que en uno de los túneles el tren hace un giro de 180 grados. Manda huevos! jeje. El recorrido del tren termina en Myrdal, dónde en unos 10 minutos se coge el tren de regreso a Bergen, pero eso ya os lo conté.
En definitiva, un espectáculo natural como pocos. Totalmente recomendado. He puesto unas cuantas fotos, pero hay muchas más en la galería de picasa. Os recomiendo encarecidamente que os paséis por ella, creo que merece la pena y hay alguna foto buena :-).
P.D.: Prácticamente no llovió ese día y sólo tuve que cubrir la cámara unos 5 min.
P.D.2: Resultado fotográfico de la excursión: unas 450 fotos, de las que sólo he subido unas 120 :-)
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