Viaje verano 08 - Moscú

5:30 am. Despertador. Ducha. Desayuno. Bus. Tren. Aeropuerto. ¿Alguien sabe de dónde sale nuestro vuelo? Facturar, check in, controles (cómo no te pararon, Andoni?) y finalamente al avión. La verdad es que esperabamos cualquier cosa tras la experiencia de aviones rusos en Cuba, pero el avión resultó estar bien (compañía Aeroflop). La intención era sobar un poco en el avión, pero resultó imposible debido a las constantes demandas de atención por parte de la tripulación. Que si quieres zumitos, que si quieres comer algo, ...

Llegamos a uno de los aeropuertos de Moscú - que tiene 4 o 5 - ya al medio día (teniendo en cuenta que son dos horas más). Sabiamos que tocaba rellenar unos papeles para el tema del visado y poder entrar en Rusia, así que antes de llegar al punto de control ya ibamos buscandolos. Es un papelito normalito, pequeñito, sin mucha cosa (unos pocos datos personales) pero que es fundamental para poder entrar y salir de Rusia. Lo sellan a la entrada, en el registro de la visa, y te lo piden para salir. Así que si alguna vez vais a Rusia, mucho cuidado de no perder este papel, junto con el pasaporte y el visado.

Tras finalizar los tramites burocraticos, agarrarse los machos, que entrabamos en el desconocido mundo del cirílico y los urtos y timos. Fase 1: Buscar el tren que nos acercaría a Moscú. Tarea no demasiado complicada interpretando las señales - en el aeropuerto también están en inglés. Fase 2: comprar los billetes. Comienzo de la dura realidad. En Rusia la mayoria de la gente no habla inglés, aunque sea un sitio para turistas. Tras unos cuantos gestos, mimica y demás conseguimos los billetes para un tren que nos acercaría a Moscú, hasta una parada de metro. De nuevo nos topamos con la realidad de que la mayor parte de las cosas en Moscú sólo están escritas en cirílico, así que nos plantamos ante un mapa del metro en el vagón del tren con las estación en este alfabeto. Nosotros teníamos el nombre de la estación a la que teníamos que ir, así que tocaba preguntar a unas chavalitas (19 años aprox) que estaban en nuestro vagón. Resulta que sabían italiano porque habían estado en Italia de tipo Erasmus, así que Asier fue nuestro traductor particular.
El tren del aeropuerto

¿A dónde cojones iba nuestro tren?


La verdad es que nos salvaron un poco el culo porque nos sacaron del tren, nos llevaron hasta el metro y nos ayudaron a comprar nuestro primer bonometro. 155 rublos (algo menos de 5 euros) por 10 viajes, en una tarjeta que parece funcionar por RFID. El metro de Moscú es seguramente uno de los más bonitos a nivel mundial, y posiblemente también de los más profundos y con mayores rampas. Hay muchisimas estaciones decoradas con marmol, dorados, marfil... Se ve que el régimen quería hacer ver al pueblo el poder del comunismo. El metro es de por sí algo para visitar en Moscú y las propias estaciones no desmerecen. Además es muy regular, con metros incluso cada 20 segundos. La cosa es que nos habían dicho la estación a la que teníamos que ir, pero aún así no fue tan facil. Nos equivocamos unas cuantas veces y acabamos nombrando a las estaciones por lo que nos parecia que podían decir sus nombres en cirílico (Kebabish, Apetakar, Moria, ... XD). Algunos rusos fliparon en algun intento nuestro de cambiar de metro en la dirección contraria. Imaginaos a 5 tios con mochila grande y pequeña saliendo como posesos de un vagón de metro y corriendo hacia vosotros que salis del metro de enfrente. Asustaditos se quedaron. Por cierto, las puertas de los vagones se cierran sí o sí y dan una buena ostia si te pillan en medio, por experiencia propia, jeje.
Mapa del metro






Finalmente conseguimos llegar a nuestra estación y salimos a la calle. Fase 4: buscar nuestro hostal, que se suponía estaba cerca y en una calle famosa de Moscu: Old Arbat. Nos recibió una generosa lluvia a nuestra salida a la calle, como si no fuera poco intentar descubrir dónde habíamos salido con todos los nombres en cirílico y nuestro mapa en alfabeto latino. Tras preguntar a unas cuantas personas (de las cuales creo que sólo un par sabían inglés) conseguimos las indicaciones para llegar a la calle y a partir de ahí seguir nuestra busqueda. Tras un ratillo dimos con el lugar en cuestión. La palabra que mejor puede describir el hostal es, probablemente, sordido. Se le pueden dar otros calificativos como viejo, sucio, ... y creo que todos los que allí estabamos coincidimos en que era el peor hostel en el que hemos estado.

Un edificio de varias plantas. En la primera podíamos ver una especie de mesa que tenía pinta de hacer de recepción, pero sin nadie atendiendola. En la segunda un piano, una mesa y unos sofás y algunas personas. Nadie que hablara inglés. De repente apareció Big Mamma (señora de unos 60 años y tonelaje cercano a los 150 kilos) farfullando algunas palabras en inglés y otras en ruso que nos dieron a enteder que la recepción se encontraba efectivamente en el piso 1 pero que el tipo no estaba ahora, que esperasemos. Finalmente llego el recepcionista, un ruso que hablaba inglés (relativamente bién) y que resultaba ser el hijo de Big Mamma, siendo el dueño del hostal. Teníamos reservada una habitación para 5, pero resulto que nos dieron una habitación para 3 con espacio más que justo para las camas y un micropasillo y dos camas en una estancia común por la que tenía que pasar todo el mundo para ir a sus habitaciones. El baño, mejor ni hablar. Siguiente sorpresa: el agua no se podía beber y había que comprarla embotellada (fue una constante del viaje) debido a que el sistema no es muy de fiar.
Habitacion - foto 1

Habitacion - foto 2


Tras un rato de descanso, un poco de comida y unas cuantas quejas nos dispusimos a explorar Moscú. El tiempo no nos quiso dar tregua y siguió lloviznando practicamente todo el tiempo. Desde nuestro hostal recorrimos todo Old Arbat y parte de New Arbat hasta llegar a las puertas del Kremlin y la plaza Roja. Primera "locura" del viaje: vemos un edificio con pinta de biblioteca y no se nos ocurre otra cosa que meternos dentro. Era algo así como la Biblioteca Nacional (en este caso la de Lenin XD) y evidentemente no sale en los recorridos turísticos. Hace falta rellenar una ficha especial para que te den un pase temporal y enfrentarse a una bibliotecaria mascullando frases en ruso. Conseguimos entrar y pasearnos por la biblioteca. Bastante interesante y curioso, aunque tampoco es perderse demasiado si no pasas por los distintos tramites y controles, jeje.
Old Arbat cerca del hostal

Estatua y la biblioteca de fondo


Tras la biblioteca decidimos a ver la basílica de Cristo Salvador, ya que el Kremlin y plaza roja los reservabamos para el día siguiente. Una basilica ortodoxa chula y bastante grande. Una pena no haberla podido ver por dentro. Tras esto, vuelta al metro para ver alguna estación más y para el hostal, no sin antes repostar viveres y bebida en el super 24 horas más cool en el que he estado posiblemente. Esta noche no salimos; demasiada lluvia y cansancio.
Basílica Cristo Salvador

Lateral del Kremlin desde la basílica


El segundo y último día en Moscú (sí, somos rápidos) tocaba registrar nuestras visas, kremlin, plaza roja, mausoleo,... Para abreviar decir que lo de la visa nos llevo un rato muy considerable debido en buena parte a la dificultad de comunicación con los rusos y a la ineptitud de un guardia de seguridad del edifio en el que se encontraba la agencia en la que teniamos que registrar la visa y que no sabia que la dirección de donde trabajaba ni las empresas que custodiaba. A toda prisa a la Plaza Roja (que también nos habían indicado mal donde estaba y nos toco dar un paseito extra) para intentar llegar antes de que cerraran el mausoleo de Lenin (13:00).

No lo he comentado todavía, pero el sistema ruso nos pareció bastante ineficiente. Duplicación de colas de espera, tener que ir de un sitio a otro para una tontería o sin ninguna razón, ... También hay que decir que tienen montón de empleos innecesarios, aunque en general cubiertos por ancianas, con lo que supongo que estos trabajos tienen su razón social.

La cosa es que llegamos a la Plaza Roja con el tiempo relativamente ajustado 12:15. Para entrar al mausoleo, que se encuentra en mitad de la plaza junto a los muros del Kremlin, sólo se puede acceder por uno de los laterales. Aceptable. En ese lateral de la plaza hay un edificio que es el museo historico, si no recuerdo mal. Cuando llegas al lado de la plaza por la que se puede entrar, resulta que hay una valla y unos cuantos policias/guardias de seguridad vigilando. Hay que dar la vuelta al dichoso edificio para poder acceder por el otro lado de la valla. Al mausoleo no se puede entrar con mochilas, con lo que hay que ir a otro sitio y hacer la cola correspondiente. Finalmente decidimos dividirnos y hacer la visita en dos turnos, para no tener que dejar la mochila y hacer cola para dejarla y luego para recogerla. Una vez pasado el control de seguridad (arcos detectores pero es mas para fardar que para otra cosa) entras en una especie de recorrido - que no te puedes saltar- antes de llegar al jodido edificio. en lugar de 1 minuto, 3 minutos. El mausoleo en sí como una caverna en la que hay guardias rusos muy serios y muy quietos que acojonan un poquito. Luego ves el gusiluz de Lenin (a mi la verdad es que me parecio de cera mas que momificado) y vuelves a salir. Para salir te hacen dar otro recorrido hasta el otro extremo de la plaza. ¡Puñetera burocracia e ineficiencia!
Plaza Roja

Mausoleo de Lenin


Una vez cumplido el trámite del mausoleo, tocaba visitar la iglesia que compone seguramente la foto más tipica de Moscú, St. Basil. Curioso que fuera aquí el único punto donde nos "timaron" (no perdimos pasta) en todo el viaje. Segun nos dirigíamos a la caja para ver cuánto costaba entrar, nos dicen que entremos que venden entradas dentro. Una señorita rubia se apresura a intentar vendernos las entradas incluso con carnet de estudiante (que no teníamos ninguno XD). Por lo que vimos después, esas no eran las entradas y la señorita simplemente se estaba sacando dinero negro, aunque el precio era el mismo que las auténticas. Menos mal que luego no había que enseñarla. La iglesia o catedral por dentro me defraudo. Nada reseñable y la restauración que estan haciendo parecía hecha por Manolo y Benito, jeje.
St. Basil


Faltaba el Kremlin para completar esa zona de Moscú, así que manos a la obra, no sin antes pararnos a comer un poquito. Al comprar las entradas intentamos colar también por estudiantes, pero la señorita tenía bien aprendido el tipo de carnet que tenía que dejar entrar y no coló. Una pena. El Kremlin es básicamente un conjunto de palacios donde se supone que esta todo lo gubernamental y luego un montón de iglesias (7 u 8 creo) ortodoxas todas juntitas y unos jardines. Son interesantes de ver por dentro más que nada por la diferencia con las iglesias católicas a las que estamos acostumbrados. Tampoco nos dió para mucho más el Kremlin: iglesia, paseito por los jardines, fotos y listo. Un poco cara la entrada (15 euros) para lo que luego se puede ver, aunque estar en Moscú y no verlo...
Monumento a los caidos junto al muro del Kremlin

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Comiendo a nuestro estilo junto al Kremlin


Tras el Kremlin decidimos acercarnos hasta lo que se supone es un parque de atracciones tipo Tivoli aquí en CPH. Metro y paseito para llegar hasta alli (creo que sobre las 5 de la tarde). Para poder entrar, aunque no se usen las atracciones había que pagar y no estabamos por la labor. Así que fotico del lugar y vuelta para el metro a finiquitar las estaciones de metro que nos quedaban por ver y acercarnos a la que se supone que es la calle más comercial de Moscú centro para dar un paseito. Vuelta al hostal a recoger nuestras mochilas y marcha hacia la estación del tren, a la que llegamos sin mayores problemas (el metro ya lo teníamos más que controlado, eh Asier XD)
Entrada al parque

Detalle de la entrada


El tren salía a las 22:10 y llegaba a las 06:06 a San Petersburgo. Cuando compramos los billetes ya no quedaban literas así que solo teníamos disponibles asientos. Ya temíamos lo peor y estabamos preparados para una larga noche, quizá nutrida de alcohol para intentar no sufrir demasiado. Vagón 14, en a tomar por... La noche en el tren, en el próximo capítulo, jeje.

De regalo
La gente se soba hasta en las escaleras del metro, jeje

1 comentarios:

Unknown 12 de septiembre de 2008, 13:38  

Esta vez no toco cacheo en Rusia porque ya me habian cacheado en Stansted...yo no se que me pasa en este aeropuerto pero no libro ni un viaje!!!