Regreso

Kaixo de nuevo!

Tras unas "largas" y merecidas vacaciones, ya he vuelto a la rutina del trabajo. Se supone que las vacaciones son para cargas las pilas, pero me da que yo... poco de eso, la verdad.

Mis vacaciones empezaron con un par de amigos por Galicia. Una semanita en la que no paramos quietos y nos recorrimos la mayor parte de esta gran comunidad a todo trapo. Marisquito, vinito y cositas ricas hasta no poder más. Sitios muy chulos y gente muy maja, sobre todo un par de azafatas de la fiesta del albariño de Cambados (besitos para ambas). Tras eso, vuelta solo en el tren (menudo aburrimiento), una mañana de trabajo y de viaje a Madrid para hacer un EuroTrip con los colegas de la universidad.

Ya que alguno que no pudo venir me ha pedido un resumen, lo hago aquí y así lo comparto con todos. El primer día salimos de Madrid bastante prontito, habiendo dormido unas dos horas. En el aeropuerto tuvimos nuestros más y nuestros menos con los revisores de equipajes. Pasta de dientes, champú, jabón, desodorante; mucho peligro. Cuchillas de afeitar y skate plegable, colonia de cristal; no peligroso. La verdad es que no entiendo muy bien, pero bueno. Tras un vuelo cortito y con adelanto, llegamos a Ginebra. Recogimos el coche, que no era el que pensábamos pero por lo menos nos hicieron una rebajita en el precio, y a ver un poco la ciudad. Primeros problemas con el tráfico suizo por la increíble saturación de señales en la ciudad. Además, por aquí no estamos demasiado acostumbrados ni a las bicis ni a los tranvías. 4 horitas por la ciudad (sin una zona de aparcamiento gratuita, como en todo suiza) dando unas vueltas, viendo lo más interesante, comiendo, observando las primeras rubias de ojos azules del viaje y de vuelta al coche.

Con la ayuda de Marta, nuestro querido GPS, nos dirigimos a Berna, la capital, para echar un vistazo a sus edificios y calles más importantes. La verdad es que es una ciudad bastante chula, sobre todo el centro, en la que nos sacamos unas cuantas fotos y Mikel saco a relucir su faceta de tragón "come comida rápida". De nuevo al coche y emprender camino al albergue de Lucerna. Y apareció la lluvia. La noche tranquila en el hotel con unos patxaranes y unas valencianas histéricas haciéndonos compañía, que estábamos rotos.

Al día siguiente nos fuimos a ver lo que se supone es una de las zonas más bonitas de Suiza, Interlaken. La verdad es que el sitio tenía muy buena pinta, pero de nuevo el mal tiempo hizo acto de presencia y no nos permitió disfrutar de todo. Por la tarde vuelta a Lucerna para ver la ciudad bajo la lluvia y sus famos puentes cubiertos. Cena y bebercio en el albergue para salir a la noche a un bar con música en directo, en la que nuestro querido Mikel se cantó un par de temas. Increíbles momentos viendo a los suizos romperse. Bastante curioso también la cantidad de suizas (los suizos... no se) que hablan en castellano, jeje. Mucho intento de ligoteo que no terminó en nada concreto.

El ultimo día en Suiza fue para ir a Basilea. Llegamos allí y había inundaciones del Rhin. El mal tiempo nos seguía y allí se forjo la leyenda de Sauron persiguiendo a Mikel. De nuevo visita a la ciudad y bebida en el albergue. Al día siguiente nos esperaban muchos kilometros, así que no hubo mucha fiesta en la calle, a parte de que estaba lloviendo. Eso sí, un pedo interesante a base de vozka marca desconocida y unas risas entre nosotros.

Abandonamos suiza camino de Bruselas, haciendo un alto en Luxemburgo, para tachar otro país (ducado si queréis) del mapa. La verdad es que nos sorprendió por lo bonito y cuidado que estaba. Unas horitas y de nuevo coche. Llegamos a Bruselas y fuimos al albergue. Ir de compras de gas para el alcohol, recorrido de una hora para situarnos cargando con todo el material y al albergue a cenar. Este fue el mejor albergue para mi por tener cocina. Era viernes, así que nos preparamos para salir a morir, empezando por un quinito en la cocina (no estaba permitido, pero...). En esto andábamos cuando bajaron unos coreanos a cenar. Conseguimos que se unieran a nosotros, y tras ellos unas zaragozanas, una americana y dos alemanas. Unas risas de quinito y de noche la verdad. Una pena que todo cierre tan pronto. Al día siguiente visita turística a Bruselas por la mañana con una Bilbaína la mar de maja y más tarde con las zaragozanas. A la tarde visita a Brujas, una ciudad preciosa, y por la noche morón en el albergue con intención de salir, aunque al final nos dieron las tantas y ya no pudimos. Bastante curiosa la noche.

Y se acabaron nuestros días en Bélgica para encaminarnos a la ciudad del vicio, no sin antes hacer una parada para visitar Gante. En Amsterdam reconociento rápido bajo la lluvia, compras, bebercio y fiesta. Alguno pinzo, pero no voy a dar nombres, jeje. Al día siguiente cambio de albergue, pero no sin antes visitar un pueblo pesquero reconvertido a turístico, Madurodam y la playa de La Haya. El albergue estaba en el centro de Amsterdan, en la calle con más Coffe Shop y a 3 minutos del Red Ligth. Esa noche fue salir por los coffes y bastante tranquila.

Al día siguiente, último con el coche, nos encontramos con la desagradable sorpresa de que nos habían puesto un cepo. Es lo que tiene no pagar la OTA en 48 horas y tener matricula extranjera. 104 euros y nos marchamos a ver molinos, comer queso y oler a chocolate. De vuelta a Amsterdam dejamos el coche y a beber y de fiesta. Nada destacable, la verdad. Estuvimos con unas italianas que tenían muy buena pinta pero que resultaron ser unas sosas además de no entender mucho ingles. El penúltimo día de nuestro viaje lo pasamos viendo Amsterdam y disfrutando de los coffe shops. Finalmente, el día 16, nuestro último día allí nos ocurrió de todo. Pensabamos dejar las mochilas en el hostal hasta coger el bus a las 5 de la mañana para poder salir ese día. Resulta que en el hostal no nos las dejaban más que hasta las 5 de la tarde. Fuimos a las taquillas de la Central Station, pero cerraban a las 11pm y abrían a las 7am. Las dejamos hasta las 11pm pero luego tuvimos que cargar con ellas, impidiendonos salir de fiesta. Y para colmo nos llovió, no nos dejaban estar en ningún lado y tuvimos que pasar la noche tirados por ahí. El viaje de vuelta sin mayores problemas, aunque tampoco pudimos dormir demasiado porque estabamos en la cola del avión junto a unas azafatas cotillas y gritonas.

En definitiva, un buen viaje con algo menos de fiesta de la esperada pero en el que me lo he pasado en grande. MartirIzal quizá no tanto, pero bueno. El próximo, ¿a dónde? En otra entrega, reflexiones que me ha provocado el viaje, que esta entrada ya es demasiado larga. Gorroño, se que faltan anécdotas y trapos sucios, que es lo que quieres, pero por lo menos un resumen ya tienes.

1 comentarios:

Anónimo 22 de agosto de 2007, 9:54  

Gracias Edu, al menos te has molestado en meter una crónica y con eso ya me vale. Creo que el 90% de la mismo trata de fiestas y mujeres, y al final te quejas de que no hubo tanto de eso...curioso cuanto menos jejejej
MartirIzal ya sabes como es: si no moja cada día, algo falla en el Universo y los astros se han puesto en su contra. Nos vemos en el foro ;)